
El director mexicano Manolo Caro (Guadalajara, 40 años) regresa a la pantalla chica con una serie hilarante y cargada de veneno, como la ponzoña de algunas serpientes. El humor es el género al que recurre de nuevo el cineasta para hacer una profunda crítica a una sociedad sometida por políticos corruptos, en la que la gente es obligada a cambiar sus principios por otros que se adecuen al sistema y donde los valores de la ética y la moral se ven destruidos por ambiciones. Serpientes y escaleras, que Caro ha estrenado esta semana en Netflix, es la gran carcajada que lanza el director de la exitosa La casa de las flores contra el México de la corrupción, la violencia y el clasismo. “El humor es el género en el que me siento más cómodo, en el que también tengo la posibilidad de hablar de temas muy profundos desde un lugar crítico, oscuro, divertido”, explica Caro.
