
Karen Millán vio a su vecina Alicia Mateos salir de casa el miércoles a las 9.00 de la mañana. La mujer, de 50 años, trabaja como checadora en las combis que paran cerca del puente de la Concordia, en Iztapalapa, al suroriente de Ciudad de México. A las 14.07, una pipa que transportaba 49.000 litros de gas licuado de petróleo volcó sobre el puente provocando una fuga masiva. El impacto generó una explosión y ráfagas de fuego de al menos 30 metros de altura. Millán vio la tragedia en las noticias y desde ahí identificó a Mateos entre las fotos de los heridos. La mujer seguía cargando a su nieta Azuleth, una bebé de apenas dos años, a la que solía llevar a trabajar con ella. La vecina logró llegar al Hospital General 53 entre el tráfico paralizado, adonde habían llevado a Mateos y a otra quincena de lesionados. “Ella tiene quemaduras en el 90% de su cuerpo, pero consiguió salvar a la bebé en sus brazos”, narra Millán. El accidente ha dejado de momento 6 fallecidos y 90 heridos.
