Si se le pregunta a Deivy Alemán —ahora, que está a punto de marcharse— qué es lo más preciado que querrá cargar en el maletín negro de 23 kilos que tanto le está costando acomodar, responderá sin pensarlo, o mejor, como quien lo ha venido pensando por mucho tiempo: “¡A mi hija!”.

hace 1 mes
39







English (US) ·
Spanish (CO) ·