Los Comandos de la Frontera, el más poderoso grupo armado del departamento fronterizo del Putumayo, ha endurecido su control sobre la población mientras levanta una estrategia para negociar con el Gobierno. Al recorrer el río Putumayo entre Puerto Asís y Puerto Leguízamo, en las aguas que hacen la frontera entre Colombia y Ecuador, aparecen al menos dos veces lanchas con hombres armados que fungen como retenes ilegales. En esas paradas obligadas incluso revisan los celulares de todos quienes navegan la principal vía de esa zona de la Amazonía: inspeccionan los chats, revisan las fotos, indagan hasta por media hora. “Nadie llega hasta acá sin que ellos lo sepan y lo autoricen”, explica un conductor que cubre todos los días esa ruta fluvial.