A pesar de generar ventas, muchas empresas colombianas enfrentan graves problemas financieros . Este factor ha incrementado los procesos de insolvencia, afectando especialmente a las pymes.
ventas: la falta de cobro oportuno está llevando a muchas a procesos de insolvencia. Un reciente informe de Solunion Colombia, revela que muchas compañías logran cerrar ventas pero enfrentan serias dificultades para cobrar a tiempo, lo que compromete su liquidez y pone en riesgo su viabilidad. La verdadera fragilidad de las empresas colombianas radica en el ciclo de recuperación de cartera, no en la capacidad para generar ingresos.
Según los datos proporcionados por la Superintendencia de Sociedades, en el último año, más de 2.500 empresas solicitaron acogerse a un proceso de insolvencia. Entre enero de 2024 y mayo de 2025, se registraron 2.530 solicitudes de insolvencia, de las cuales el 64,5% fueron para reorganización y el 35,5% para liquidación judicial. Los sectores más afectados por esta crisis financiera son los de servicios (24,5%), comercio (20,4%) y manufactura (13,9%), todos ellos altamente dependientes de la rotación de inventarios y del consumo directo. La incapacidad de cobrar a tiempo está llevando a muchas empresas a una espiral de endeudamiento que, a largo plazo, resulta insostenible.
El informe también destaca que la crisis económica global, marcada por factores como el encarecimiento del crédito y la inflación de los costos operativos, ha exacerbado la situación. Los efectos de las crisis logísticas internacionales o las decisiones financieras de potencias extranjeras, como el aumento de tasas de interés en Estados Unidos, también están impactando directamente en las finanzas de las empresas colombianas. En este contexto, el ciclo de cobro de las empresas se ha vuelto aún más crítico. El informe señala que el periodo más complejo del proceso de insolvencia es la calificación de créditos, que puede durar hasta un año, durante el cual la incertidumbre financiera crece y las decisiones estratégicas se atrasan, afectando la viabilidad de las operaciones.
Una de las principales conclusiones del estudio es que la insolvencia no es el resultado de la falta de ventas, sino de la incapacidad para gestionar correctamente el riesgo comercial. En muchos casos, las empresas logran vender, pero al no cobrar a tiempo, se ven obligadas a recurrir a procesos judiciales de reorganización o liquidación, lo que agrava aún más su situación. Además, la falta de liquidez genera un efecto dominó que afecta a otras empresas dentro del mismo ecosistema productivo, especialmente en sectores donde predominan las pequeñas y medianas empresas (pymes), las cuales son las más vulnerables a estos ciclos de crisis.
En este contexto, los expertos de Solunion insisten en que las empresas deben implementar medidas preventivas para proteger su flujo de caja. La clave está en la gestión eficaz de la cartera por cobrar. Las empresas que han logrado sobrevivir y superar estas crisis son aquellas que anticipan los riesgos financieros de sus clientes y toman decisiones basadas en información actualizada. Entre las estrategias más recomendadas se encuentran el seguimiento a través de scoring financiero, la implementación de alertas tempranas y la contratación de seguros de crédito. Estos seguros no solo protegen a las empresas contra el impago, sino que también ofrecen acceso a evaluaciones de riesgo, vigilancia permanente y servicios de recuperación de cartera.
De acuerdo con el análisis, las empresas que adoptan estas herramientas proactivas tienen una mayor probabilidad de sobrevivir en un entorno económico volátil y de ampliar sus mercados de manera segura, sin comprometer su liquidez. El seguro de crédito, en particular, se está posicionando como una herramienta clave para las empresas colombianas, ya que les permite vender con mayor seguridad y afrontar riesgos de impago sin poner en riesgo su estabilidad financiera.
La situación está afectando especialmente a las pymes, que representan la mayor parte del tejido empresarial del país. Estas empresas, por su estructura más flexible pero también más vulnerable, están expuestas a las fluctuaciones económicas y dependen en gran medida de la capacidad de pago de sus clientes. Por ello, la adopción de medidas de prevención, como la gestión de la cartera por cobrar y la contratación de seguros de crédito, se vuelve cada vez más imperativa para garantizar la continuidad de sus operaciones.
Te puede interesar:
$246.000 es el presupuesto de los hombres para celebrar el Día del Amor y la Amistad, según Fenalco https://t.co/D6PUaP1skl
— Hora13 Noticias (@hora13noticias) September 16, 2025