La población indocumentada que hay en Estados Unidos oscila entre 11 y 13 millones de personas, dependiendo de la fuente, pero la eliminación de las vías legales que existían hasta ahora podría añadir más de dos millones de personas. Resulta paradójico que un Gobierno que se ha impuesto como objetivo expulsar del país a todos los migrantes indocumentados, se dedique a engrosar su lista, empujando a las sombras a quienes tenían un estatus legal.