
El curso político ha comenzado como terminó el anterior: con bronca entre el PP y el PSOE, pese a que la jornada de este martes inició con llamamientos por parte de ambos para evitar la crispación y el enfrentamiento. No funcionó. La gestión de los incendios que han arrasado buena parte del territorio español provocó un duro debate dentro y fuera de las Cortes. Los rescoldos de las más de 400.000 hectáreas calcinadas en agosto en tan solo dos semanas, una devastación que no se veía desde mediados de los años noventa, se han convertido en el último acelerante del enfrentamiento total entre populares y socialistas. Esta vez, a cuenta de la responsabilidad por la dimensión de unos incendios, cuya prevención y extinción es una competencia autonómica, que han teñido de cenizas algunos de los principales feudos de la derecha.
