
Rocío Basán tiene una rutina fija este fin de semana: montar su puesto de tamales, atole y pan dulce para que esté listo a las cuatro de la mañana. Su nicho de mercado a esa hora son todos los trabajadores de mantenimiento, vigilancia y logística del Gran Premio de México. Su puesto está en la esquina de un triángulo de viviendas que conforman la colonia Cuchilla Agrícola Oriental. Frente a la olla de metal y el anafre está el Autódromo Hermanos Rodríguez. “La Fórmula 1 nos ofrece más oportunidades de vender y también ya la gente conoce nuestros productos”, dice. Frente a ella pasan miles de aficionados que buscan entre la marea de gente la puerta que les corresponde.

hace 11 horas
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