De la elegancia natural, inherente, de los negros de EE UU puede dar fe cualquiera que se pasee por Harlem un domingo por la mañana, o cualquier noche de fiesta. Al margen del tallaje o los colores de la ropa, a veces imposibles —magenta, lavanda, verde lima—, el desfile de elegantes por sus calles invita a pensar que hay algo intrínseco en la raza: ese dandismo negro —las hechuras, el ademán, el porte— que este año constituye el tema de la exposición del Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Nueva York (Met) y de su gala homónima. Superfine: Tailoring Black Style (Superfino: sastrería de estilo negro), el título de esta convocatoria, gira en torno a un estilo que conjuga el lucimiento de ropa masculina creativa y bien confeccionada y la actitud de quien lo lleva.