
En una década, las rentas en las zonas céntricas de Ciudad de México se han disparado hasta un 140%, mientras que en otras ciudades clave como Monterrey, Guadalajara o Mérida los incrementos alcanzaron el 180%. Son cifras que han detonado el malestar social, además de una renovada ola de protestas contra la gentrificación. Pero detrás de estos precios impagables para la mayoría se esconde un problema más profundo que los nómadas digitales o los alquileres temporales: una crisis habitacional en plena ebullición.