
La violencia vicaria es una forma de violencia de género en la que una parte de la pareja usa a un miembro de la familia, generalmente los hijos, para ejercer violencia emocional y psicológica. Suele aparecer en contextos de separación o conflicto por la custodia de los hijos. Los agresores en su mayoría son hombres y las víctimas, mujeres. Es una de las agresiones más invisibilizadas en México. La periodista Gabriela Pablos y las abogadas Eliza Zaldívar y Blanca Paredes son víctimas de violencia vicaria. Tras años de abususos, abandono institucional e irregularidades en sus procesos legales, han llevado sus casos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la mano de la Red Solidaria Década Contra la Impunidad (RSDCIAC). “Dicen que en todas las historias hay dos partes, pero en la violencia vicaria no hay otra parte. Hay mentiras, abuso, corrupción. Es la antesala al feminicidio”, dice Pablos a través de una videollamada en la que también participan Zaldívar, Paredes y dos representantes de la RSDCIAC. Estas son sus historias.