Una vez más, la capital antioqueña demostró que se puede vivir la fiesta del fútbol en paz. Con un ambiente lleno de emoción y respeto, más de 36.500 aficionados se dieron cita en el Estadio Atanasio Girardot para disfrutar del clásico paisa entre el Atlético Nacional y el Deportivo Independiente Medellín.
El partido se desarrolló con total normalidad, gracias a la pasión de los hinchas y al trabajo de un dispositivo de seguridad de 600 uniformados de la Policía.
Foto: Cortesía
El encuentro deportivo fue una muestra de que en Medellín, el fútbol se puede vivir con alegría y sin violencia. El éxito de esta jornada refuerza el compromiso de la ciudad con la convivencia y el deporte, enviando un mensaje claro a todo el país.
Como antesala a este emocionante partido, la comuna 9, en Buenos Aires, celebró el Miniclásico. La cancha Alejandro Echavarría se convirtió en el escenario de un encuentro sub-13 entre las divisiones menores de ambos equipos.
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Más de 500 personas asistieron a este evento, que además contó con el toque musical de La Murga del Indigente y La Banda de Los del Sur.
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La jornada previa al partido también incluyó una charla formativa para las familias sobre el papel fundamental de los padres en el fútbol formativo.
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Estas actividades no solo avivaron la pasión por el deporte, sino que también promovieron un mensaje de unión, formación y cultura ciudadana, demostrando que el fútbol es una herramienta para el crecimiento social.
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Con este, ya son tres los clásicos que se disputan este año bajo la misma atmósfera de paz y respeto. Estos resultados consolidan a Medellín como un referente en la construcción de una verdadera cultura del fútbol.
La ciudad avanza unida, con sus barras, familias, instituciones y autoridades trabajando juntas para hacer de este deporte una experiencia segura, apasionante y ejemplar.
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