EPM y su modelo de Agua “Prepago”: innovación social para el consumo consciente
Resumen: Más allá de la ventaja económica, el programa ha demostrado ser un catalizador para un consumo más consciente
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En su trayectoria de 70 años, Empresas Públicas de Medellín (EPM) ha mantenido un firme compromiso con la búsqueda de soluciones innovadoras que garanticen el acceso equitativo a los servicios públicos. Una de las manifestaciones más claras de esta filosofía es el modelo de Agua Prepago, una iniciativa que va más allá de un simple método de pago para convertirse en una herramienta de inclusión social, permitiendo a miles de familias gestionar su consumo de acuerdo a sus capacidades económicas y fomentando un uso más responsable del recurso hídrico.
El programa nació formalmente en el año 2015 como una respuesta directa a una necesidad social apremiante. Concebido con un “altísimo componente social”, su objetivo inicial fue ofrecer una alternativa legal y digna para aquellos clientes con dificultades de pago que, en muchas ocasiones, recurrían a conexiones informales. De esta manera, EPM no solo buscaba regularizar el servicio, sino también empoderar a las comunidades, brindándoles la posibilidad de acceder al agua potable de manera segura, continua y adaptada a su realidad financiera.
Agua prepago
El proceso de acceso al servicio fue diseñado para ser ágil y cercano al ciudadano. Cualquier persona interesada puede acercarse a las oficinas de EPM para solicitarlo, o bien, la empresa identifica proactivamente a los clientes que podrían beneficiarse del modelo y los visita directamente. Según testimonios de los usuarios, el procedimiento es notablemente rápido: tras realizar la suscripción, los equipos técnicos de EPM acuden en pocos días para realizar la instalación necesaria, garantizando una transición fluida hacia la nueva modalidad de consumo.
Uno de los mayores beneficios percibidos por los usuarios es la autonomía y el control financiero que ofrece el sistema. El modelo prepago elimina la preocupación por la llegada de una factura con una fecha de vencimiento estricta y el consecuente riesgo de corte del servicio. Esto se traduce en una mayor tranquilidad para las familias y un manejo más eficiente del presupuesto del hogar. Como afirman los propios beneficiarios, el programa no solo ayuda a ahorrar agua, sino que también representa un alivio para “el bolsillo”.
Más allá de la ventaja económica, el programa ha demostrado ser un catalizador para un consumo más consciente. Al tener que realizar recargas previas, los usuarios adquieren una mayor conciencia sobre el uso que le dan al servicio en su día a día. Esta relación directa entre el pago y el consumo incentiva de forma automática un uso más racional del agua, promoviendo el ahorro y la sostenibilidad ambiental desde el núcleo familiar, un cambio de comportamiento fundamental para la preservación del recurso.
En definitiva, Agua Prepago es un claro ejemplo de cómo la innovación puede estar al servicio del bienestar y la equidad. Lo que comenzó como una solución para un segmento específico de la población, hoy se ha expandido como una opción disponible para cualquier cliente en los diez municipios del Área Metropolitana. Así, EPM continúa su legado de 70 años, no solo prestando servicios públicos con calidad, sino construyendo activamente una sociedad más justa y consciente de sus recursos.
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