Un extrabajador de la empresa Geogroup, que presta servicios logísticos para la multinacional Groupe SEB (conocida por marcas como Imusa), denunció una serie de presuntos abusos laborales, despidos injustificados y violaciones sistemáticas a los derechos de los empleados, especialmente de aquellos con condiciones médicas delicadas.
Según su testimonio, trabajó durante más de siete años en la compañía, bajo diferentes contratos. En diciembre, mientras tenía recomendaciones psiquiátricas vigentes, le fue terminado su contrato por obra y labor. Un mes después, fue recontratado a término fijo por tres meses, pero bajo la condición de firmar una cláusula de no prórroga el mismo día, con la advertencia de que, si no lo hacía, no recibiría el contrato.
Durante ese periodo, fue diagnosticado con poliartritis, espondiloartritis y una hernia discal, lo que lo obligó a asistir constantemente a citas médicas con psiquiatría, medicina del dolor, reumatología y fisioterapia. A pesar de haber informado de su condición y contar con recomendaciones médicas, asegura que fue objeto de acoso laboral por parte de compañeros, jefes inmediatos y personal de recursos humanos. Finalmente, su contrato fue terminado en abril, aún con diagnósticos médicos activos y citas pendientes.
El denunciante también señaló que la empresa obliga a los trabajadores a cumplir turnos de hasta 12 horas bajo amenazas de despido. Asimismo, reportó el no pago oportuno de la seguridad social, lo que ha causado la suspensión de citas médicas y afirma que se han retenido subsidios, se omiten exámenes médicos de ingreso, y que incluso hay empleados laborando sin afiliación a salud, pese a que en las colillas de pago se registran descuentos por este concepto.
Por otro lado, durante auditorías, asegura que el personal de gestión humana les exige a los empleados que oculten estas situaciones, firmando planillas y justificando pagos inexistentes, como días no remunerados supuestamente solicitados por el trabajador.
“En una ocasión me pagaron cuatro días menos, argumentando un permiso que nunca pedí”, afirmó el extrabajador a DiariOriente, quien también menciona que solicitó una cita con medicina laboral, pero nunca fue agendada bajo el pretexto de un cambio de prestador que no se concretó.
Otro testimonio de una trabajadora que lleva más de siete años en la empresa indica que, tras conocerse su estado de salud, fue despedida. Aunque logró ser reintegrada con asesoría legal, asegura haber sido víctima de constantes hostigamientos.
“Me han hecho llorar, me han hecho la vida imposible. He tenido que denunciar por acoso laboral, ha sido muy duro. Es una empresa que ha sido tirana conmigo y con todas las personas que han estado enfermas”, relató.
Según ambos testimonios, en auditorías internas los trabajadores son apartados para indicarles qué deben decir. También se ha registrado la práctica de registrar horas extras como auxilios de rodamiento, y empleados afirman que hay demoras de hasta dos meses en el pago de subsidios.
El denunciante afirma haber interpuesto una tutela para solicitar su reintegro debido a su condición médica, pero esta fue negada. Al acudir al Ministerio de Trabajo, le informaron que, al no estar ya vinculado laboralmente, no era posible avanzar con una demanda por acoso, y que por temas de salud no eran competentes.