Nacido en Países Bajos y con solo 24 años, había sido capaz de estafar a organizaciones criminales y hacerse con una fortuna valorada entonces en 17 millones de euros en criptomonedas. Tras su detención, el 16 de septiembre del año pasado, la Policía Nacional guardó aquellas carteras digitales y sus claves en un sobre que quedó bajo custodia judicial. La sorpresa fue que, tres meses más tarde, cuando desde la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA) fueron a monetizar los activos, los monederos estaban vacíos. Alguien se había quedado con el dinero. Una investigación ha desvelado que el responsable ha sido un secretario judicial del juzgado de Marbella, en Málaga, que ha sido arrestado.