A Carlos Cárdenas Zepeda lo arrestaron por segunda vez el 19 de agosto de 2025. En su casa en Managua. Los policías del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo lo detuvieron en ambas ocasiones por motivos políticos, específicamente por ser asesor jurídico de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, un cuerpo colegiado conformado por varios obispos católicos aborrecidos por la pareja copresidencial. Su familia no supo dónde se lo llevaron y durante 12 días estuvieron en zozobra, hasta que el sábado 30 de agosto recibieron una llamada fatídica: funcionarios de la Administración sandinista los convocaron a reconocer su cadáver.