¿De qué paz total estamos hablando?

hace 1 mes 14

¿De qué paz total estamos hablando?

Resumen: La paz no es solo la ausencia de balas, es la ausencia de ira en nuestros corazones. Es la capacidad de escuchar al otro sin juzgar, de aceptar que el otro es diferente

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Estamos en Colombia, un país que parece estar en un constante “cese al fuego”. Un país donde la palabra “paz” se ha convertido en la más gastada y desdibujada de nuestro vocabulario. Mientras los discursos políticos se llenan de noticias sobre negociaciones, acuerdos y desarmes, la realidad en las calles, en los hogares, en el transporte público, parece gritar lo contrario. Nos indignamos con la guerra en el campo, pero no nos damos cuenta de la guerra fría que libramos cada día en nuestra propia vida.

Caminamos por la calle con el ceño fruncido, vivimos en constante alerta, listos para la ofensa, para el insulto. Los trancones se convierten en campos de batalla donde las bocinas son las armas y los insultos son las municiones. ¿Cómo podemos hablar de “paz total” con grupos armados si no somos capaces de tener paz con un conductor que nos cierra el paso? Nos quejamos de la injusticia del sistema, pero en nuestras casas, en nuestras oficinas, a veces no hay ni respeto, ni empatía. No somos capaces de sentarnos a hablar con ese familiar que nos ofendió hace años.

La paz no es solo la ausencia de balas, es la ausencia de ira en nuestros corazones. Es la capacidad de escuchar al otro sin juzgar, de aceptar que el otro es diferente y que eso no lo hace un enemigo. Es la paz mental que nos permite dormir tranquilos, la paz en el cuerpo que nos libera del estrés. ¿De verdad creemos que con un acuerdo firmado por un grupo armado se acabarán los conflictos en nuestro país? Mientras en nuestro interior haya una guerra constante, no habrá paz que valga.

La paz total, esa que tanto anhelamos, solo será posible cuando cada colombiano, desde el lugar que ocupa en la sociedad, entienda que el primer paso es hacer un “cese al fuego” consigo mismo. ¿Ya se reconcilió con sus pensamientos? ¿Ya sanó esas heridas que le causaron sus exparejas, amigos y familiares? ¿Ya dejó de buscar culpables y comenzó a asumir responsabilidades?

La paz es un concepto holístico, es un todo. No se trata solo de la ausencia de guerra. Es un estado de bienestar, de calidad de vida. No podemos pretender que haya paz en el campo si en la ciudad hay una guerra constante de egos, de envidia, de una competencia de derrotar al otro. La paz exterior es un reflejo de la paz interior. La paz es la suma de todas las acciones, de todas las actitudes, de todas las intenciones que tenemos día a día.

¿De qué sirve que unos cuantos dejen las armas si los demás continuamos con la misma actitud de guerra? “Paz total” no es un eslogan, es un compromiso personal, un trabajo diario. Es levantarse cada día y decidir que no va a permitir que la ira, la rabia, la intolerancia le roben la paz. Es decidir que va a ser la paz que quiere ver en el mundo.

Dejemos de culpar a los demás por la falta de paz en Colombia. Dejemos de mirar hacia afuera y empecemos a mirar hacia adentro. Es su tarea y responsabilidad de que cada uno de nosotros haga su parte. La paz no es un destino, es un camino. Y ese camino comienza en el interior de cada colombiano. ¿Está usted listo para iniciar el suyo?

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