Brasil lo ha vuelto a hacer. El país sale de la vergonzosa lista de los países más hambrientos del mundo. La FAO publicó el lunes su informe sobre el estado de la seguridad alimentaria del planeta y Brasil salió del mapa del hambre, lo que significa que ha reducido a menos del 2,5% el porcentaje de su población que pasa hambre o está desnutrida. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que ha hecho de la lucha contra el hambre el principal leitmotiv de su trayectoria, lo celebró como una gran victoria en sus redes sociales: “Es una conquista histórica que muestra que con política públicas y compromiso con el pueblo es posible combatir el hambre y construir un país más justo y solidario”.