¿Así mejor Medellín que Bogotá?

hace 7 horas 7

¿Así mejor Medellín que Bogotá?

Resumen: Esta crónica no nace del regionalismo, sino del afecto. Y aunque Medellín me recibe cada día con montañas cercanas y voces amables, reconozco en Bogotá su grandeza, su complejidad social, su diversidad cultural

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Al llegar a Bogotá, la capital de la República, lo primero que impacta no es el tráfico ni el clima, sino el tono del saludo. O, mejor dicho, la ausencia de él.

Mientras en Medellín aún se escuchan los “buenos días” con sonrisa incluida, el “veci” bogotano suena distante, casi mecánico. No es una crítica, es una observación que nace del contraste, de lo que se siente al venir de una tierra donde el saludo aún se acompaña de un apretón de manos y una mirada directa.

Durante una gira de medios de ocho días junto al artista Elmer Mazo y Loro Musical, recorrimos emisoras y canales bogotanos. La atención fue excelente, sobre todo por parte de los paisas radicados en la capital. Fue esa calidez familiar la que hizo más llevadera la frialdad que, sin ofender, caracteriza a muchos capitalinos. Tal vez por eso Bogotá lleva con razón el apodo de “la nevera”.

Pero esta crónica no nace del regionalismo, sino del afecto. Y aunque Medellín me recibe cada día con montañas cercanas y voces amables, reconozco en Bogotá su grandeza, su complejidad social, su diversidad cultural. Entiendo los problemas que enfrenta: el caos vehicular, la inseguridad en ciertos sectores, la desigualdad evidente entre sus localidades. Aun así, fue reconfortante ver que por fin avanza la construcción del metro, una promesa histórica que comienza a tomar forma y que quizás algún día aliviará la pesadilla del tráfico.

El sistema de pico y placa por pares e impares, eso sí, fue difícil de descifrar al principio. Pero como todo en Bogotá, funciona con sus propias reglas y tiempos. Y cuando uno logra entrar en sintonía con ese ritmo, empieza a descubrir otra cara de la ciudad: la de sus parques históricos, sus teatros, la arquitectura republicana que sobrevive entre torres modernas, la riqueza de su historia y la creatividad de su gente.

Tuvimos el gusto de encontrarnos con Carlos Andrés Mejía “Obvidio Nodmal”, humorista de Sábados Felices, nacido en Ciudad Bolívar (Antioquia), pero forjado en una carpintería , tocando guitarra con el profe Mejía. Su historia, como la de muchos, es testimonio de que el talento paisa también crece a punta de esfuerzo, peldaño por peldaño, en los escenarios de la capital.

Bogotá es inmensa, densa, acelerada. Medellín, cercana, amable, montañera. No se trata de decidir cuál es mejor, sino de valorar lo que cada ciudad tiene para ofrecer. Y si de orgullo se trata, sí: me siento feliz de haber nacido en Antioquia, pero también agradecido con los bogotanos que nos abrieron las puertas, nos compartieron sus historias y nos dejaron ver, por un momento, el corazón cálido que hay detrás de su aparente frialdad.

Gracias Bogotá, por recibirnos.
Gracias Medellín, por recordarnos cada día que la calidez sí puede ser una forma de vida.

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