Así cayó el ciudadano español que vivía en las calles de Medellín: El extranjero era buscado por la Interpol

hace 1 mes 8

La crónica de un hombre que escapó de una prisión de África e ingresó a nuestro país por Venezuela

Las calles de Medellín, a menudo un laberinto de historias olvidadas, guardaban un secreto que ni el más perspicaz de los transeúntes habría sospechado. Entre los rostros curtidos por el sol y la indiferencia, se ocultaba un fugitivo de la justicia internacional.

El día de ayer, en una de las intervenciones de control a la situación de habitantes de calle en la ciudad, nuestro equipo logró la identificación y verificación de un ciudadano español en condición de calle. Se trata de Deniz Santana Raúl Santiago, quien tenía circular roja de… pic.twitter.com/J8HvD1RUgT

— Fico Gutiérrez (@FicoGutierrez) February 21, 2025

Según el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, era buscado en circular roja de Interpol. Este hombre es acusado de pertenencia a organización delictiva de estafa, blanqueo de capitales, falsificación de documentos y tráfico de documentos falsos, Santana había escapado de una prisión en Ghana, África, y cruzado el Atlántico para buscar un nuevo comienzo en Sudamérica. Pero su pasado, como una sombra implacable, lo había seguido hasta las calles de Medellín. 

Lea también: [Fotos] Un árbol le cayó a un carro en Medellín: conductor se salvó de milagro

Fue durante un operativo de control rutinario, una de tantas intervenciones destinadas a brindar ayuda a los habitantes de calle, que el destino de Santana cambió. Los agentes, con ojo entrenado y paciencia de sabuesos, notaron algo inusual en aquel hombre de acento extranjero y mirada esquiva. Una verificación rápida en las bases de datos internacionales reveló la verdad: Deniz Santana Raúl Santiago era un fugitivo buscado por Interpol, un pez gordo en el mundo del crimen internacional. 

Más información: Reconocida lideresa de Asocomunal en Valdivia fue capturada por presunta colaboración con el Clan del Golfo

La captura fue rápida y silenciosa, sin estridencias ni aspavientos. Santana, acostumbrado a la vida en las calles, no opuso resistencia. Su mirada, perdida en el horizonte de la ciudad, reflejaba la resignación de quien sabe que su tiempo ha terminado. 

Leer el artículo completo