
Afable, pulcramente vestido, y con su inconfundible mata de pelo blanca como la nieve, el alemán Andreas Schleicher, probablemente la persona más influyente hoy día en el mundo de la educación, se presenta en una de las salas nobles del Ministerio de Educación. Es lunes por la mañana, y en un par de horas presentará en Madrid a la prensa el informe TALIS, uno de los macroestudios ―en este caso, sobre el profesorado―, que publica regularmente la división de educación de la OCDE que dirige. El más conocido, el Informe PISA, que este matemático alemán, de 61 años, ideó a finales de la década de los 90, y sacude regularmente con sus clasificaciones del rendimiento académico de los alumnos los sistemas educativos de más de 80 países.
