Su fórmula parte de un postre tradicional, la tarta de queso, y la innovación corre a cargo de sus sabores disruptivos (pistacho, pantera rosa, lotus e incluso caviar o chocolate con polvo de cecina). Una inversión a pulmón con ayuda familiar y mucho uso de Instagram ha llevado a Álex Cordobés, junto a su hermano David, a hacerse un hueco en el negocio de la repostería.